lunes, 12 de octubre de 2009

Mi confrontación con la docencia


“Mi confrontación con la docencia”

Soy egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en 1996. Mi carrera es Licenciado en Literatura Dramática y Teatro (LLDyT) con especialidad en actuación. En la currícula de mi carrera existen dos semestres de “didáctica del teatro” y como se trata de una licenciatura relacionada con las representaciones escénicas, todas las materias son teórico-prácticas.
Creo que me involucré en la docencia desde que colaboraba en la en mi carrera asesorando a mis compañeros, pero de manera formal inicié en el Nivel medio Superior cuando me trasladé a la Ciudad de Tapachula, Chiapas en el año 2001. He impartido las asignaturas de Taller de Lectura, Taller de Redacción, Español y Actividades Culturales (teatro). En Tapachula he trabajado en colegios particulares y desde el 2005 en la Escuela Preparatoria del Estado no. 3.
Creo que al paso de los años me he vuelto más conciente de mis fortalezas y debilidades como docente ya que he participado de manera constante en procesos de análisis y discusión sobre estros temas, sin embargo, estoy lejos de considerar que no necesito continuar con mi proceso de formación en dos líneas: académica y humana.
En otro foro mencioné que me cuesta trabajo sistematizar mi labor, aplicar métodos y estrategias de manera conciente, partir de contenidos significativos para mis alumnos, generar ambientes que promuevan el aprendizaje, entre otros. En contraste, por mi formación profesional, promuevo la comunicación franca y abierta, me fortalece la crítica, tengo una actitud de búsqueda permanente y siento un interés genuino por los problemas que aquejan a mis alumnos.
Algunos aspectos que tienen que ver con el subsistema en el que trabajo y que influyen en mi labor son que arrastramos algunos vicios que provocan serios problemas en la relación alumno-docente, como la falta de profesionalización, las actitudes autoritarias, la falta de sensibilidad y las inercias derivadas de años de negligencia.
Ser profesor llena mis expectativas en cuanto a sentirme útil y productivo ante mi comunidad, encuentro grandes satisfacciones diariamente, pero también una gran responsabilidad. Es precisamente ésta responsabilidad la que me tiene aquí tratando de entender la RIEMS para actualizarme y tratar de construir un mejor futuro para mi plantel.
En cuanto a los motivos de insatisfacción creo que el más importante tiene que ver con la imposibilidad de atender adecuadamente a todos mis alumnos. Es humanamente imposible estar al pendiente de 40 personas por grupo, en promedio, sin causar alguna injusticia o arbitrariedad. La masificación de la enseñanza es quizá el reto más grande al que nos enfrentamos. Anteriormente mencioné mis posibles cualidades, pero ante ustedes tengo que reconocer que muchos de mis alumnos son desatendidos sin que pueda evitarlo.
Es fundamental participar en cualquier proceso de actualización y formación pero tendríamos que solicitar mayores espacios para sensibilizar a las autoridades en todos sus niveles.

Mi aventura de ser docente

Me parece que la ponencia de José M. Esteve, titulada “La aventura de ser maestro” viene a completar el proceso de encuentro con nosotros mismos que habíamos comenzado antes. El inicio de nuestra labor docente marcado por el “ensayo y error”, además de la ambivalencia entre el éxito y el fracaso, son experiencias comunes a la mayoría de nosotros. La ambivalencia mencionada se parece a la experiencia de representar una obra de teatro frente a públicos diferentes, algunas funciones son maravillosas y otras pueden ser una experiencia amarga, dependiendo de las circunstancias y características particulares de los sujetos que interactúan.
“Pensar y sentir” y hacer “pensar y sentir”, dice Esteve, es nuestra tarea básica si queremos llegar a ser verdaderos “humanistas” y “ganarnos la libertad de ser profesor, convirtiendo cada clase en una aventura y en un reto intelectual”. Es decir que el compromiso adquirido en la docencia nos pone frente a la obligación de reflexionar y buscar constantemente preguntas y respuestas. Sólo alguien con esta experiencia puede ver con tanta claridad la problemática y las funciones docentes y además reconocerlo públicamente.

En esta aventura ambos, docente y alumno deberíamos entrar en un proceso de empatía buscando ampliar nuestros horizontes personales.
Esteve, menciona cuatro dificultades que considera necesario resolver si deseamos disfrutar nuestra labor:
· Identidad profesional. Se trata básicamente del enfrentamiento entre el modelo idealizado de docente, en las universidades y la concreción del mismo en la realidad particular de cada uno de nosotros.
· Comunicación e interacción. Aquí la exigencia está en conocer el proceso mismo de la comunicación y ser humildes para abandonar el papel protagónico en cuanto los alumnos ponen en marcha sus propios procesos de interacción.
· Disciplina. “Encontrar una forma de organizar a la clase para que trabaje con un orden productivo” Este es el objetivo básico de la disciplina y no la represión absurda que vemos todos los días en nuestros planteles.
· Contenidos y niveles. … “el problema de adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de conocimientos de los alumnos”. Comparto, con el autor este reto que significa conocer el nivel taxonómico que estamos utilizando en nuestras clases y adaptarlo a las características de nuestros discípulos.

Finalmente como si fuera una canción Esteve concluye: “he hecho lo que quería hacer, y estoy donde quería estar”. Esta declaración de la satisfacción que puede ofrecernos el magisterio es una aspiración compartida por muchos de nosotros. Dignificar nuestra labor y encontrar en ello la satisfacción total de nuestras aspiraciones profesionales.
Los saberes de mis estudiantes

Me parece que nuestros alumnos siempre saben más de lo que nos dicen (y de lo que pensamos); en materia de los usos de la Web no es la excepción, como reservorio almacenan información o la utilizan para sus tareas escolares, “bajan mucha música y la consumen en sus celulares”, bajan videos y los suben a diversos espacios, buscan la retransmisión de sus series y programas televisivos favoritos, buscan juegos nuevos.
Como espacio de interacción social y creativa, participan en las redes sociales más importantes “Metroflog, Facebook, Windows Live, Hi5, Twitter, Chatean, utilizan estos espacios como parte de su formación identitaria, manejan con solvencia algunos programas de edición de foto y video, además de la paquetería de Microsoft.
Son generosos para enseñar lo que saben y siempre están dispuestos a compartirlo, en casi todos los grupos existe alguien que se propone para enseñar el uso de algún Software especial. En el semestre pasado tuvimos un alumno que abrió una estación de radio por Internet llamada “Radio Tacana” y que ofrece una programación que va en aumento y espacios publicitarios.
Es importante destacar el tiempo que pasan en promedio frente a su computadora que va de 4 a 6 horas diarias. Debo precisar que no todos nuestros alumnos tienen computadora en su casa, pero sí tienen acceso a un ciber-café. la Preparatoria no cuenta con un número suficiente de máquinas y el acceso a Internet se encuentra restringido.
He observado que no saben distinguir el valor de la información en Internet y que sus búsquedas son superficiales; es aquí donde nuestra labor docente puede ser significativa, debemos guiarlos proporcionándoles direcciones certificadas y páginas que hayamos consultado para verificar su calidad.
Mis alumnos proponen lo siguiente para aprovechar el Internet en la escuela:
Fomentar valores a través los materiales que se difunden en la Red.
Crear un blog para interactuar con los profesores y compañeros
Incluir el uso de íconos interactivos
Crear o dar a conocer la pagina de la escuela
Usar Yuotube.
Utilizar videos como material de apoyo en clase y como material de estudio
Utilizar la estrategia de las “Web quest”
Permitirles usar sus códigos de comunicación
Utilizar los teléfonos celulares para visualizar información o fragmentos de texto.

Considero que si no aprovechamos esta oportunidad para tender lazos de comunicación e intercambio con nuestros alumnos, las circunstancias y la brecha generacional nos rebasarán. Estamos obligados a integrar el ciberespacio y sus recursos a la escuela; creo que la carga-horaria de nuestro Subsistema (que se encuentra saturada de asignaturas) debe acomodarse para que los alumnos tengan más oportunidades de utilizar la tecnología y esto no debe ser responsabilidad sólo de los maestros de informática.